Helado Cremoso de Gelatina (Sin Heladera)
Este postre es la combinación perfecta entre la ligereza de la gelatina y la suavidad de un helado casero. Es una receta fácil y divertida que no requiere una máquina de helados, ideal para un postre refrescante y con un sabor vibrante.
Ingredientes:
1 paquete de gelatina de tu sabor favorito (por ejemplo, fresa o cereza)
1 taza (250 ml) de agua hirviendo
1 taza (250 ml) de agua fría
1 taza (250 ml) de crema de leche para montar (nata para cocinar), muy fría
1/2 taza (125 ml) de leche condensada (para mayor cremosidad)
Preparación:
Disuelve la gelatina: En un bol grande, vierte el contenido del paquete de gelatina y disuélvelo completamente en el agua hirviendo. Asegúrate de que no queden grumos.
Incorpora el agua fría: Añade el agua fría a la mezcla de gelatina y revuelve bien. Deja que la mezcla se enfríe a temperatura ambiente.
Bate la crema: En otro bol, bate la crema de leche bien fría con una batidora eléctrica hasta que adquiera una consistencia de picos suaves.
Combina la mezcla: Con la batidora a baja velocidad, vierte la mezcla de gelatina ya fría sobre la crema batida. Luego, agrega la leche condensada y bate todo hasta obtener una mezcla homogénea y ligeramente espumosa.
Congela: Vierte la mezcla en un recipiente hermético apto para congelador. Congela por un mínimo de 6 horas, o hasta que el helado esté firme. Si quieres una textura aún más suave, puedes sacarlo del congelador cada hora durante las primeras 3 horas y batirlo con un tenedor.
Sugerencias:
Para servir, déjalo reposar 10 minutos a temperatura ambiente para que se ablande un poco.
Puedes añadir trozos de fruta fresca, como fresas o duraznos, antes de congelarlo.
La leche condensada es opcional, pero le da una textura y dulzura mucho más parecidas a las de un helado tradicional.
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