Tarta de Queso Clásica con Coulis de Fresas
Esta receta es la combinación perfecta de cremosidad y frescura. Una tarta de queso con una base crujiente, un relleno suave y sedoso, y la vibrante acidez de una salsa casera de fresas. Es el postre ideal para cualquier ocasión, elegante y absolutamente delicioso.
Ingredientes:
Para la base:
200 g de galletas tipo Digestive o María
100 g de mantequilla sin sal, derretida
Para el relleno:
900 g de queso crema a temperatura ambiente (tipo Philadelphia)
200 g de azúcar
4 huevos grandes
1 cucharadita de extracto de vainilla
1 cucharada de zumo de limón
2 cucharadas de maicena (fécula de maíz)
Para la cubierta de fresas:
300 g de fresas frescas, lavadas y sin tallo
50 g de azúcar
El zumo de medio limón
Preparación:
Prepara la base:
Precalienta el horno a 180°C (350°F).
Tritura las galletas en un procesador de alimentos o dentro de una bolsa con un rodillo, hasta obtener migas finas.
Mezcla las migas con la mantequilla derretida. Vierte la mezcla en un molde desmontable de 22-24 cm y presiónala firmemente en el fondo y un poco en los bordes. Hornea por 10 minutos y luego déjala enfriar.
Prepara el relleno:
En un bol grande, bate el queso crema a velocidad baja con una batidora eléctrica hasta que esté suave y sin grumos.
Agrega el azúcar y la maicena y sigue batiendo a velocidad baja hasta que se integren.
Incorpora los huevos uno a uno, batiendo solo hasta que se mezclen. Es importante no batir en exceso para no incorporar demasiado aire, lo que podría hacer que la tarta se agriete.
Añade la vainilla y el zumo de limón y mezcla.
Hornea el cheesecake:
Prepara un baño María: envuelve la base del molde con papel de aluminio para que el agua no entre y coloca el molde dentro de una fuente más grande.
Vierte el relleno sobre la base de galletas.
Coloca la fuente en el horno y llena con agua caliente hasta la mitad del molde.
Hornea por 60-75 minutos. La tarta estará lista cuando el centro aún esté un poco tembloroso, pero los bordes estén firmes.
Apaga el horno, abre ligeramente la puerta y deja la tarta dentro por una hora para que se enfríe gradualmente. Luego, sácala y déjala enfriar completamente a temperatura ambiente antes de refrigerarla por al menos 4 horas (o idealmente toda la noche).
Prepara el coulis de fresas:
Corta la mitad de las fresas en trozos pequeños y la otra mitad en láminas para decorar.
En una cacerola, cocina los trozos de fresa con el azúcar y el zumo de limón a fuego medio durante 10-15 minutos, hasta que se ablanden y formen una salsa.
Puedes triturarla para una consistencia más fina o dejar los trozos. Deja enfriar.
Decora y sirve:
Desmolda la tarta de queso con cuidado.
Vierte el coulis de fresas por encima y decora con las láminas de fresa fresca justo antes de servir.
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